Hace unos días Internet se convertía en un hervidero de indignación ante la foto de Steven Spielberg junto a un triceratops muerto. Era el colmo de la insensibilidad del hombre ante la naturaleza, apenas unos días después de que la cheerleader Kendall Jones desatase las iras de muchos norteamericanos al posar sonriente en su página de Facebook junto a diversos animales en peligro que ella había cazado. Ya sabéis que en Facebook, mientras no haya tetas o penes, todo vale.
@_Kendalljones_ is a disgusting, disturbed rich kid using daddy's money to kill endangered species. pic.twitter.com/AooOR4sV3H
— Peter Lombard (@tutticontenti) julio 16, 2014
La muchacha se defiende diciendo que los cazadores ayudan al medio ambiente, que es como decir que una mala dieta ayuda a que la diarrea purifique tu colon.
Today there are 20,000+ White Rhinos on earth today! Read more about how the Rhino pop. grew https://t.co/cQmraDP1i7 pic.twitter.com/JiL4pUh89j
— Kendall Jones (@_Kendalljones_) julio 3, 2014
En cualquier caso, la cosa ya venía caliente desde hacía meses, incluso años, después de que la red se llenase de imágenes de insignes personalidades junto a animales muertos, asesinados a sangre fría por el vulgar placer de la caza. Lo que ignoraban todos esos aspirantes a Allan Quatermain es la capacidad de Internet para dejar testimono de sus bajezas. El último en ser desenmascarado ha sido el mismísimo Steven Spielberg. Hace a penas unos días el director aparecía en una imagen junto a un triceratops muerto y con 20 años menos encima. El muy canalla no sólo había conseguido acabar con el único testimonio vivo de los animales que dominaron la Tierra hace 65 millones de años, sino que encima lo hacía luciendo un aspecto insultantemente juvenil.
Las reacciones no se hicieron esperar. Daba igual que a la gente le recordasen que Spielberg era el director de Parque Jurásico.
Spielberg, el rey Midas del cine, ha dejado huérfanas a varias generaciones de amantes del cine, para quienes era el mejor ejemplo de que calidad y éxito económico no estaban reñidos. Pero sí lo estaban, estaban reñidos con la VIDA. El mismo tipo que nos alegró la infancia y que nos hizo visitar mundos imposibles ahora se ha convertido en un vulgar asesino de sueños. Internet se ha puesto las pilas y ha empezado a sacar a flote mucha más mierda de la que nadie hubiese imaginado. El director no sólo ha matado triceratops, ha matado la pura esencia de la fantasía… muchas veces:
Así que la próxima vez que Spielberg estrene una película tenéis varias posibilidades para tomar represalias. La primera y más obvia, es no ir a ver su película. Pero también podéis degollar a sus hijos en la primera luna llena de invierno e invocar a la Mammorca o aprobar la ESO, aprender que los dinosaurios no existen y ver películas anteriores a Hannah Montana.